Páginas

Primer discurso de Buddha: puesta en marcha de la rueda del Dhamma

Dhammacakkappavattana Sutta 

SN 56,11 {14S4.12.2.1,1081}


Esto he oído. En una ocasión el Buddha estaba residiendo cerca de Baranasi, en Isipatana, en el Parque de los Venados. Allí el Sublime se dirigió al grupo de los cinco monjes:

Estos dos extremos, monjes, no deberían ser seguidos por un renunciante. ¿Cuales son estos dos? La complacencia en los placeres sensuales —lo cual es bajo, vulgar, ordinario, innoble y no beneficioso— y la adicción a la mortificación —lo cual también es doloroso, innoble y no aporta beneficio—. No siguiendo estos dos extremos el Tathagata ha penetrado el camino medio que genera la visión y el entendimiento, que conduce a la paz, a la sabiduría, a la iluminación y al Nibbana.

¿Cuál es, monjes, el camino medio que el Tathagata ha penetrado que genera la visión y el entendimiento, que conduce a la paz, a la sabiduría, a la iluminación y al Nibbana? Simplemente el Noble Óctuple Sendero, es decir, (i) correcto entendimiento, (ii) correcto pensamiento, (iii) correcto lenguaje, (iv) correcta acción, (v) correcta vida, (vi) correcto esfuerzo, (vii) correcta atención y (viii) correcta concentración. Éste es el camino medio que el Tathagata ha penetrado, que genera la visión y el entendimiento, que conduce a la paz, a la sabiduría, a la iluminación y al Nibbana.

Esta, monjes, es la noble verdad del sufrimiento. El nacimiento es sufrimiento, la vejez…, la enfermedad…, la muerte es sufrimiento; asociarse con lo indeseable…, separarse de lo deseable…, no obtener lo deseado es sufrimiento. En breve, los cinco agregados de la adherencia son sufrimiento.

Esta, monjes, es la noble verdad del origen del sufrimiento. Es el deseo que genera nueva existencia, el cual, asociado con el placer y la pasión busca deleite en todas partes. Es el deseo sensual, el deseo por la existencia y el deseo por la no existencia.

Esta, monjes, es la noble verdad de la cesación del sufrimiento. La total extinción del deseo, su abandono, su eliminación, la liberación y no dependencia de él.

Esta, monjes, es la noble verdad del sendero que conduce a la cesación del sufrimiento. El Noble Óctuple Sendero, es decir, (i) correcto entendimiento, (ii) correcto pensamiento, (iii) correcto lenguaje, (iv) correcta acción, (v) correcta vida, (vi) correcto esfuerzo, (vii) correcta atención y (viii) correcta concentración.

Esta es la noble verdad del sufrimiento. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad del sufrimiento debe ser completamente comprendida. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad del sufrimiento ha sido completamente comprendida. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta es la noble verdad del origen del sufrimiento. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad del origen del sufrimiento debe ser erradicada. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad del origen del sufrimiento ha sido erradicada. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta es la noble verdad del origen del sufrimiento. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad de la cesación del sufrimiento debe ser realizada. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad de la cesación del sufrimiento ha sido realizada. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta es la noble verdad del sendero que conduce a la cesación del sufrimiento. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad del sendero que conduce a la cesación del sufrimiento debe ser desarrollada. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Esta noble verdad del sendero que conduce a la cesación del sufrimiento ha sido desarrollada. Así, con relación a las cosas desconocidas por mí, surgió la visión y el entendimiento, surgió la sabiduría, la penetración y la luz.

Monjes, mientras el entendimiento y la visión con respecto a estas Cuatro Nobles Verdades —de acuerdo a la realidad bajo sus tres modos y doce aspectos— no fue totalmente puro en mí, no admití frente al mundo con sus divinidades, sus Maras y Brahmas, ni a la humanidad con sus ascetas, brahmanes y hombres, que había realizado correctamente por mí mismo la incomparable iluminación.

Sólo cuando el entendimiento y la visión con respecto a estas Cuatro Nobles Verdades —de acuerdo a la realidad bajo sus tres modos y doce aspectos— fue totalmente puro en mí, recién entonces admití frente al mundo con sus divinidades, sus Maras y Brahmas, y a la humanidad con sus ascetas, brahmanes y hombres, que había realizado correctamente por mí mismo la incomparable iluminación.

De esta forma surgió en mí el entendimiento y la visión: «Inconmovible es mi liberación. Éste es el último nacimiento. No habrá nuevas existencias».

Esto dijo el Despierto y los cinco monjes se regocijaron de las palabras del Sublime.


Cuando esta exposición se estaba impartiendo, surgió en el venerable Kondañña la pura e inmaculada visión del Dhamma: «Todo aquello que está sujeto a un surgir, está sujeto a un desaparecer».

Cuando el Buddha puso en movimiento la rueda de la doctrina, la divinidades terrestres exclamaron: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o Brahma, ni por ningún ser en el universo».

Habiendo escuchado esto de las divinidades terrestres, las divinidades de Catumaharajika dijeron: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o brama, ni por ningún ser en el universo».

Habiendo escuchado esto de las divinidades de Catumaharajika, las divinidades de Tavatimsa hicieron oír su voz: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o Brahma, ni por ningún ser en el universo».

Habiendo escuchado esto de las divinidades de Tavatimsa, las divinidades de Yama dijeron: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o Brahma, ni por ningún ser en el universo».

Habiendo escuchado esto de las divinidades de Yama, las divinidades de Tusita exclamaron: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o Brahma, ni por ningún ser en el universo».

Habiendo escuchado esto de las divinidades de Tusita, las divinidades de Nimanarati dijeron: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o Brahma, ni por ningún ser en el universo».

Habiendo escuchado esto de las divinidades de Nimanarati, las divinidades de Paranimitavasavatti hicieron oír su voz: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o Brahma, ni por ningún ser en el universo».

Habiendo escuchado esto de las divinidades de Paranimitavasavatti, las divinidades del mundo de los Brahmas exclamaron: «Esta excelente rueda de la doctrina ha sido puesta en movimiento por el Sublime cerca de Baranasi  en Isipatana, en el Parque de los Venados, y no podrá ser detenida por ningún asceta, brahmán, divinidad, Mara o Brahma, ni por ningún ser en el universo».

Y en ese instante, esa exclamación se extendió hasta el mundo de los Brahmas. Y los diez mil universos se estremecieron, se sacudieron y temblaron violentamente. Y una espléndida e ilimitada luz, sobrepasando el fulgor de las divinidades, se manifestó en el mundo.

Luego el Sublime pronunció esta expresión de alegría: «Amigos, Kondañña ha comprendido. Amigos, Kondañña realmente ha comprendido». Y el venerable Kondañña fue llamado Aññasikondañña.

Entonces, el venerable Aññasikondañña —habiendo visto el Dhamma, alcanzado el Dhamma, conocido el Dhamma, penetrado el Dhamma, trascendido la duda e incertidumbre, sereno e independiente de otro en la enseñanza del Maestro—, se dirigió al Sublime: «Venerable Señor, deseo recibir la ordenación en presencia del Sublime, deseo recibir la alta ordenación».

 «Venga monje» —dijo el Buddha—. «Bien expuesta está la Doctrina. Practique la vida noble para poner fin completamente al sufrimiento».

Y esa fue la ordenación del venerable Aññasikondañña.